domingo, 22 de julio de 2007

Importancia del desayuno en los niños

Bastaría tan solo considerar que al momento de despertar el organismo ha completado un período de ayuno que va de entre ocho a diez horas para atribuirle una importancia preponderante a la primera alimentación del día. Existen varías otras poderosas razones para que, de una vez por todas, en nuestro país adoptemos una cultura del desayuno contundente -tanto para flacos como para gordos (variando las calorías)- tan común en Estados Unidos y Europa, porque existe una clara relación entre un desayuno completo y la capacidad del niño (también los adultos) para cargarse de energías para la jornada diaria.


Cual es la importancia del desayuno en los niños


Necesidades del organismo:

Durante el sueño existe un gasto de energía que se utiliza para el funcionamiento básico del organismo: respirar, latidos del corazón, actividad cerebral, lo que se denomina metabolismo basal. El organismo recurre a cualquier recurso con el objetivo de apoderarse de esa energía para mantener las funciones básicas. Por eso llega a las horas de la madrugada o de la mañana con muy pocas reservas y necesita con urgencia fuentes de energía. Y esa fuente de energía es la glucosa, la que proviene de los alimentos y circula a través de la sangre para que cada célula la obtenga. Este vital elemento se deposita, además, como reserva en el hígado. La distribución de la glucosa es como el mercado, funciona la oferta y la demanda. Si la glucosa baja en la sangre, rápidamente se recurre a las reservas del glucógeno que está depositada en el hígado.


¿Por qué se dice que un niño necesita mucho más que un adulto de un buen desayuno?

Los niños tienen gran actividad cerebral y como la relación con la proporción de su hígado es desigual, tienen menos posibilidades de guardar glucógeno, o lo gastan más rápidamente que los adultos, quienes, además, tienen la ventaja de que si sienten hambre son libres de consumir algún complemento alimenticio; en cambio, los niños están sometidos a un estricto horario de alimentación y por si solos no pueden solucionar sus falencias de glucosa.


¿De dónde viene la glucosa?

Es un producto que surge de la digestión de los alimentos, entre ellos los hidratos de carbono o carbohidratos, como también se les denomina. Los alimentos, al ser ingeridos por el organismo se desdoblan en unidades estructurales, una de las cuales es la glucosa.


Mientras más simple sea un carbohidrato -el azúcar, por ejemplo- más rápidamente se absorberá y llegará a la sangre. No ocurre lo mismo con los cereales, que son más complejos.


¿Conviene comer azúcares simples?

A simple vista si, pero en realidad es un grave error. El objetivo final es que la glucosa llegue a cada una de las células, penetra en ellas y libere su energía. El consumo de azúcar dulce y simple hace trabajar al páncreas para que libere insulina que es una hormona que participa en este proceso y permite la penetración a la célula en forma en forma veloz, pero al mismo tiempo dura muy poco. No ocurre lo mismo con los carbohidratos complejos (los cereales) donde la liberación de la glucosa desde los alimentos es lenta y gradual y los requerimientos de insulina son menores. Es decir, los alimentos duran más en la sangre, las reservas también. Luego, las células actúan mejor.


¿Qué problemas se producen cuando no tomamos desayuno?

Si no se produce ingesta de alimentos a primeras horas de la mañana, el organismo va a recurrir a las reservas que se mantienen en el hígado, pero si no las hay, se puede producir un menor rendimiento de la actividad cerebral manifestada, al principio, por situaciones sutiles como falta de atención, problemas con la memoria, mareos, distractibilidad. Por otra parte, se produce menos actividad motora que, en el caso de un niño tiene una enorme significancia en su desarrollo.


¿Cuál es el tipo de desayuno que se recomienda?

Existe la tendencia de proporcionar a los niños azúcares simples (dulces) y no complejos, que duran poco por el aumento de la insulina, lo que constituye una solución momentánea, pero que a la larga provoca otras alteraciones. Hay que proporcionar a los niños carbohidratos complejos. Repito, hay que adoptar la cultura del cereal con leche, el pan. Alguna fruta o jugo natural hecho en casa.


Al pan se le puede agregar manteca, margarina, mermelada, queso. Con estos alimentos no se producen alzas bruscas de la glicemia, duran más en la sangre y los pequeños no requieren de alimentos a cada rato.


¿Qué se necesita para desarrollar una buena cultura del desayuno?

Tiempo y ejemplo de los padres. Debemos darnos mayor tiempo para nuestra alimentación. En este caso, hay que levantarse 15 ó 20 minutos más temprano para que la familia en conjunto tome el desayuno sin la angustia de tener que "salir disparado" para evitar llegar tarde al colegio o al trabajo. Los padres deben ser modelos para sus hijos y no deben esperar que en el colegio le enseñen estas cosas a sus hijos. Allí sólo se refuerzan hábitos...


¿Se puede tomar el desayuno en cualquier lugar del hogar?

Ni en el dormitorio ni camino al colegio: sólo en el comedor o la cocina y, ojalá junto a toda la familia. Formar estos hábitos cuesta mucho tiempo, pero la recompensa es grande.


¿Que pasa con el pan si su hijo es obeso?

El sobrepeso no es limitante para la ingesta de alimento alguno, menos aún en la mañana en que todo va para consumo de energías. A todo niño mayor de dos años con sobrepeso se le puede dar leche sin grasa, evitar los azúcares y dulces, pero el resto de la alimentación debe ser la misma de uno que no sea gordo.


Se debe insistir en el desayuno si verdaderamente no se tiene hambre.

Esta situación puede ocurrir en niños y adultos que no comen a sus horas, que se duermen muy tarde después de una cena servida en las últimas horas de la noche. Lo recomendables es cenar temprano - a las 18 o 19 horas- o por lo menos dos horas antes de dormirse con la digestión avanzada. Siguiendo estas instrucciones, al otro día en la mañana, con toda seguridad, tendrá hambre y podrá cargar sus baterías para la jornada matinal.

miércoles, 18 de julio de 2007

Fumar en el embarazo

Científicos del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad de Oxford, Estados Unidos, descubrieron que las mujeres fumadoras tardan más tiempo en quedar embarazadas.


Según la inves­tigación, las fumadoras tardan dos me­ses más que las mujeres que nunca han fumado o que superaron la adicción al tabaco por lo menos hace un año. El equipo de médicos comparó el tiempo que tardaron en concebir 569 mujeres.


Como afecta fumar en el embarazo


La edad media de las vo­luntarias -entre las que había fumadoras, ex adictas al tabaco y mujeres que nunca habían fumado- era de 29 años. Como media, las primeras necesitaron dos meses más que el resto.


Entre las otras voluntarias no se observaron diferencias estadísticamente significativas. Además de retrasar la concepción, fumar en el embarazo está liga­do a un incremento en el riesgo de mortalidad infantil, problemas res­piratorios, infecciones y bajo peso del bebé.