Están en permanente actividad física, no se concentran y tienen problemas en el colegio. Son chicos hiperquinéticos, de una impulsividad extrema, que con frecuencia sufren también el Síndrome del Déficit de Atención. Si tiene un hijo con estas características, sepa reconocer el trastorno, para así ayudarlo y ayudar a todo el grupo familiar.
¿Qué es la hiperquinesia?
La hiperquinesia es un trastorno de la conducta infantil que se manifiesta con los siguientes síntomas:
- Actividad motora excesiva.
- Dificultad para concluir una tarea.
- Inquietud, imposibilidad de permanecer sentado. A menudo los niños hiperquinéticos mueven en exceso las manos y los pies.
- No se entretienen con un juguete por mucho tiempo, enseguida se aburren y necesitan cambiar de actividad.
- En el colegio no consiguen concentrarse durante las clases, se mueven en su silla, hacen ruido y distraen a sus compañeros.
- A veces presentan conductas destructivas y actitudes agresivas.
- Les cuesta organizar su trabajo y dejan tareas sin terminar, porque se distraen y olvidan lo que estaban haciendo.
- En ciertos casos presentan trastornos del sueño: padecen insomnio, no consiguen dormir toda la noche, etc.
Estos síntomas suelen aparecer antes de los siete años, y -por lo general- están asociados a una disfunción del comportamiento, pero pocas veces van acompañados de daño o lesión cerebral. Se ha comprobado que la exposición del feto a la nicotina, el alcohol y las drogas también es un factor que contribuye a la aparición de la hiperquinesia.
Como tratar a los niños hiperquinéticos
Síndrome del Déficit de Atención con Hiperactividad (ADHD- Atention Deficit/Hiperactivity Disorder)
Muy asociado con la hiperquinesia, este síndrome se manifiesta, principalmente, en la escasa atención que los niños ponen en las tareas que desempeñan. Los chicos que padecen este trastorno no siguen las instrucciones de los adultos, y esto se evidencia —ante todo- en el ámbito escolar. Por lo general el déficit de atención va acompañado de hiperactividad, aunque no siempre es así.
La impulsividad es otro trastorno que está ligado al ADHD. Los niños impulsivos no saben respetar turnos, hacen siempre lo que quieren antes que lo que deben e incluso responden antes de que se les pregunte. Hay que diferenciar los tres tipos de combinaciones que pueden presentarse entre ADHD, hiperquinesia e impulsividad:
Combinado: el niño presenta tanto síntomas cognitivos (déficit de atención) como motrices (hiperquinesia, impulsividad). Es el tipo más frecuente.
Predominio de déficit de atención: evidencia más síntomas cognitivos que motrices.
Predominio de hiperactividad: hay más síntomas de hiperquinesia e impulsividad que de falta de atención.
Diagnóstico y tratamiento
Muchas veces los docentes son los primeros en darse cuenta de que un niño puede padecer hiperquinesia o Síndrome del Déficit de Atención. Esto es así porque pueden comparar la conducta del niño con trastornos con la del resto de los chicos y así notar la diferencia, incluso antes que los padres.
Si se sospecha que un niño sufre algunos de estos problemas, lo primero que se debe hacer es consultar con el pediatra, quien a su vez derivará la consulta a un profesional especializado en neurodesarrollo. Una vez realizado el diagnóstico, el tratamiento combina tres aspectos fundamentales:
- La adecuación de las opciones educativas: el niño hiperquinético debe estar en un ambiente escolar que lo ayude a superar su trastorno pero sin dejar de hacer las tareas normales que realizan los demás chicos.
- La psicoterapia: se ha comprobado que la terapia -junto con el apoyo familiar - ayuda al niño a expresar sus sentimientos y colabora en el proceso de tratamiento de la hiperquinesia.
- Si el médico lo indicara, tratamiento farmacológico. Aunque éste debe ser un último recurso, ya que los medicamentos pueden tener efectos insospechados en el desarrollo intelectual y emocional del pequeño. Los especialistas afirman que la hiperactividad mejora con el tiempo y que los síntomas cambian su expresión con la edad. Lo importante es no esperar una cura milagrosa, acudir al médico si se evidencian los síntomas de la enfermedad, no esperar para iniciar el tratamiento y aprender a convivir con el niño que padece este trastorno. Además, no olvidar que fi cada caso es diferente y sólo el pediatra -junto con neurólogo y el psicoterapeuta- puede determinar ' cuál es el mejor tratamiento para cada chico.