El objetivo de los organismos mundiales de la salud, en ocasión de la Semana Mundial de la Lactancia Materna (agosto 2005), consiste en incorporar alimentos complementarios, mientras se continúa con el amamantamiento por 2 años o más.
Luego de tener una correcta dieta en el embarazo, hay que cuidar la alimentación complementaria en la comprende todos aquellos alimentos distintos a la leche, que integran la dieta del niño desde los seis meses de vida, consiste en la transición gradual de la alimentación exclusivamente láctea, a otros alimentos, para mejorar la salud en la vida adulta.
El SMI, como celoso guardián de la salud y nutrición de sus niños, une sus esfuerzos a esta tendencia mundial.
Para introducir otros alimentos en la dieta del bebé, debemos tener en cuenta su desarrollo neuromuscular, así como también otros factores nutriclonales, socioeconómicos y culturales.
Muchas veces las mamas nos preguntan: ¿Cuándo mí hijo va a empezar a comer?, ¿Qué le podemos dar? Me dijeron que puede tomar tal o cual jugulto... Debemos contestar estas preguntas, pero informando a la vez, los motivos por los cuales deben seguir paso a paso, lo que aconseja su pediatra.
Si iniciamos una alimentación complementarla temprana, podemos exponer al niño a problemas gastrointestinales, broncoaspiración, alergia, entre otros. El reflejo de succión y deglución de líquidos está presente desde el nacimiento; pero alcanza la madurez para degluir un alimento semi-sólido alrededor del 45 mes, cuando desaparece el reflejo de extrusión (expulsión hacia fuera con la lengua de los objetos y alimentos que se acercan a sus labios).
Lactancia materna y alimentacion complementaria
También en este momento está presente el control del cuello y tronco, facilitando que el niño se mantenga erguido para deglutir esos alimentos. Los movimientos rítmicos de masticación se producen entre el 7°- y el 9e mes siendo posible la trituración de los mismos.
Otros cambios internos ocurren: entre el 4a y el 6S mes está capacitado para la digestión de almidones y cereales y entre el 7a y 95 mes completa la maduración de la función renal.
Se insiste en que deben cubrirse las necesidades alimentarias con preparados hechos en la familia, o sea caseros e higiénicos, y se deben utilizar nutrientes en un volumen adecuado a la capacidad gástrica del niño, y ofrecidos en un entorno agradable, permitiéndole usar una cuchara y alimentarse solo.
Estos alimentos aportan otras fuentes de calorías, hierro, vitaminas y minerales, en esta etapa de crecimiento y desarrollo acelerado donde la leche por si sola, no es suficiente.
Es aquí, que el niño comienza a crear hábitos y gustos por los alimentos, y la mamá le enseña a comer lo mismo que come ella, con mucha paciencia y teniendo en cuenta ciertas "estrategias". En un plato colorido, coloca verduras también con lindos colores, luego frutas en pequeña cantidad.
No importa que al principio rechace su sabor, insistirá sin presionarlo.
Luego de una semana cuando comprueba que toleró los primeros alimentos, ofrecerá cereales de a uno, harina de maíz, tapioca, arroz.
El siguiente paso le toca a las carnes: ¿qué desafío! Ya que no es una papilla blanda, pero puede ser picada y mezclada con los otros integrantes de la dieta lo que ayudará a aceptar otras consistencias y texturas.
Estos alimentos se repetirán entre el 6S y 8a mes continuando luego los otros nutrientes recomendados por el pediatra, beneficiando el desarrollo físico, social y emocional para el niño y para la familia.
Como último consejo a las mamas les decimos:
Elijan alimentos frescos, no envasados.
Prepárelos en casa, sin conservantes ni aditivos, sin agregar condimentos ni sal.
Ofrezcan agua con las comidas sólidas y ... CONTINÚEN AMAMANTANDO, pues: "la leche materna provee a los dos años de edad, el 40% de las necesidades energéticas del niño aportando la mayor cantidad de proteínas, minerales y ácidos grasos esenciales."
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