viernes, 25 de julio de 2008

Como atacan las alergias a los niños

Una idea muy común es pensar que los individuos alér­gicos son "sensibles a todo", es decir, que su salud está sometida al ataque de infinidad de alérgenos. Pero, en realidad, estos casos son reducidos, más aún cuando se trata de niños. De hecho, la mayoría de las veces, el en­fermo sólo es sensible a uno o dos antígenos.

Distintos tipos de alérgenos

Según su frecuencia o poder alergizador, los alérge­nos pueden agruparse del siguiente modo.


Alérgenos inevitables

Son también conocidos como universales debido a que suelen estar siempre presentes y son difíciles de evitar por completo. El más dañino de estos alérgenos es el polvo ambiental, responsable del 80 por ciento de los casos de rinitis y asma.


El niño alérgico al polvo sufre malestares al permane­cer en casas antiguas o espacios cerrados. El polen co­mienza a provocar accesos recién a partir de los 10 años.


Alérgenos eventuales

Forman parte del entorno del niño pero es posible erradicarlos. Son principalmente las faneras, escamas y pelajes de los animales domésticos (gatos, perros, cone­jos, hamsters). En este grupo también se encuentra la humedad atmosférica, presente en determinadas casas o en la cercanía de los bosques.


• Alimentos

La alergia alimentaria no es tan frecuente. La provo­can principalmente las cerezas, os crustáceos, el pesca­do y el chocolate. Asimismo, se debe poner atención a los alimentos que contienen aditivos, como conservan­tes y colorantes.


• Insectos

Los insectos que pican, como la avispa, la abeja y el avispón, pueden ocasionar reacciones graves e incluso mortales. Es conveniente desensibilizar a aquellos niños que hayan sufrido algún tipo de reacción alérgica al ser picados por estos insectos.


• Medicamentos

La alergia medicamentosa es poco frecuente en los ni­ños. Los alérgenos principales son los antibióticos, la peni­cilina, las sulfamidas y la aspirina. Como ya dijimos, nuestros hijos pueden ser sensibles a uno o más de éstos alérgenos. Sin embargo, ninguno de ellos provoca una reacción loca­lizada en un lugar específico y, a su vez, una misma sintomatología puede ser causada por más de un alérgeno. Por lo tanto, la forma en que la alergia se manifieste en cada niño dependerá de su sensibilidad particular.


Como atacan los distintos tipos de alergias a los niños


Alergias respiratorias

Son las más comunes en los niños y producen una reacción en todos los niveles del árbol respiratorio, des­de la nariz hasta las más pequeñas ramificaciones bron­quiales. Según el acceso que provoquen se pueden dis­tinguir tres grupos:


- Rinitis, rinofaringitis, sinusitis.

- Tos espasmódica.

- Asma.


El conocimiento de los distintos síntomas de estas enfer­medades permitirá a los padres estar alertas para acelerar su diagnóstico y evitar complicaciones.


• Rinitis

Se caracteriza por producir abundante mucosidad, de color claro y acompañada de estornudos.


Cuando están afectados de rinitis, la nariz de los niños se tapa y sufren de fuerte picazón. Aunque no son graves, estos trastornos lo molestan por su carácter regresivo. Asimismo, algunas son estacionarias, como por ejemplo la fiebre del heno o polinosis, que aparece en primavera. Frecuentemente, la rinitis alérgica del niño puede ir acompañada de una sinusitis maxilar. Si las cavidades si­nusoidales se llegaran a obstruir por la infección, sería necesario drenarlas y limpiarlas con antiinflamatorios.


• Rinofaringitis

Esta afección es muy común en niños de 2 a 7 años. Se manifiesta a través de una mucosidad purulenta, obs­trucción nasal, algo de fiebre e inflamación de ganglios en el cuello. Su aparición se debe a la relativa fragilidad del niño contra bacterias y virus. Es común que se corri­ja con el crecimiento.


• Tos espasmódica

Es bastante frecuente entre los З у б años. El niño to­se durante el día y principalmente durante la noche, mientras duerme. Tiene una tos seca y a veces espesa, pero sin expectoración. Si bien el estado general de salud es bueno, esta tos preocupa a toda la familia y a menudo indica un principio de asma. Por ese motivo, el trata­miento de desensibilización específico está plenamente justificado y al mismo tiempo brinda tranquilidad.


• Asma

Resulta fácil diagnosticarlo a partir de los 3 años. Los síntomas precursores de la crisis son los siguientes.


Las mutaciones en el carácter del niño: se vuelve agresivo ó, por el contrario, se siente abatido.

La pérdida del apetito y accesos de tos seca.


Advertir estos síntomas permite prevenir las crisis próximas. Suelen caracterizarse por dificultades respira­torias, que son mayores al exhalar, y con un ritmo respi­ratorio lento.


El tórax del niño está en distensión, no presenta cua­dros febriles y produce un silbido al respirar. Este cua­dro genera una expresión de ansiedad en el rostro y puede llegar a durar algunas horas, tras lo cual el niño recupera la respiración normal.

Si los accesos de asma se revierten en forma espontá­nea, surge una pregunta: ¿en qué reside su gravedad?


Es preciso aclarar que una crisis aislada de asma, que cede con la terapéutica habitual, no tiene ninguna conse­cuencia para la salud del niño. No obstante, cuando la in­tensidad de las crisis aumenta, incrementan su frecuencia y además se presenta resistencia a los tratamientos, esto determina que las secuelas sobre la función respiratoria puedan ser graves. En tal caso, el asma se convierte en una enfermedad que incapacita al niño, repercutiendo en su estado general, en su desarrollo físico, su compor­tamiento familiar y, finalmente, en su actividad escolar.


Según la frecuencia en que se presentan las crisis, la enfermedad asmática se clasifica en cuatro grupos.


- La crisis aparece cada tres meses

- La crisis es mensual

- La crisis es semanal

- La crisis es cotidiana.


Es importante tener en cuenta que los dos primeros casos no representan mayor peligro para el niño. En cambio, los dos últimos casos corresponden a enferme­dades asmáticas de gravedad.

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